7.24.2020

ABINADER ENTRE LA REDENCION DEL "CAMBIO" Y LA PRAGMATICA DE LA "CORRECCION POLITICA"


Dr. Robert Cabral


No es tan simple como decir "cerrar el CEA", o decir, aun revestido de buena fe y de sanos propósitos, que no tengo porque dudarlo, que "no se venderán terrenos, porque se dedicaran a proyectos sociales", No, no basta.


O sera que acaso nos olvidamos que el CEA, conforma un patrimonio neto, de pura cepa del pueblo dominicano, adquirido, de sus luchas y sacrificios históricos, para alcanzar la libertad y la democracia, de nuestros derechos plenos como pueblo, protagonista de su destino.


O acaso olvidamos que la Industria azucarera que se inicia en este pais con la misma colonización española, hacia el ano 1900, era detentada por tres grandes grupos privados, la Familia Vicini, la Cuban Dominicana, y la Porto Rico Sugar Company, propietaria del Central Romana, entonces y todavía principal productor.


O acaso nos olvidamos que a partir del ano 30 en que toma el poder, el Generalisimo Trujillo, adquiere una gran parte de las unidades privadas entonces en producción, creando ademas tres nuevos ingenios, incluido el enorme Central Rio Haina, entonces considerado el mas grande del Caribe.


O acaso vamos a olvidar que al final del régimen de Trujillo, en 1961 el Estado queda como legitimo propietario de mas del 60 por ciento de toda la producción azucarera nacional, bajo el control de la estatal Corporación Azucarera Dominicana, y quedando el resto repartido entre la Familia Vicini, un 10% y el Central Romama, un 30%.


O Acaso vamos a olvidar que, a partir del 1966, bajo el régimen de Balaguer, se crea el Consejo Estatal del Azúcar, CEA, como administrador del entonces emporio compuesto por 12 grandes ingenios que, a pesar de todo el dispendio, y de los asaltos, y repartos, que se produjeron a raíz del fin del Trujillato, aun así funcionaban hasta con cierta eficiencia, y capacidades, que permitían mantener una alta cuota azucarera, y una alta empleomania nacional.


O acaso vamos a olvidar que en la década del 70 con el boom de la "cuota azucarera", las colonias de azúcar eran el "premio", la ración del Boa, que Balaguer entregaba desde la "silla de los Alfileres" a la cáfila militar ya insuflada por los hábitos corruptos de los cuales carecía durante la férrea disciplina que le impuso el régimen del Generalisimo, y ahora se convertía en parte de la manada de buitres que acudían al gran reparto del cadáver nacional, en que se convertía paulatina y aceleradamente, el patrimonio heredado por el pueblo dominicano.


O acaso vamos a olvidar que a partir de los anos 80, se inicio una política de "diversificación" del CEA, que culmina con la desaparición de los ingenios de Esperanza y Catarey, y que gran parte de sus tierras continuaron pasando, como herencia impuesta, al reparto entre miliares, generales, coroneles, jueces, miembros de la JCE, diputados y senadores, y funcionarios y vivos, especuladores inmobiliarios, familiares, administradores, y asaltantes e invasores, de todos los partidos políticos y de todos los grupos económicos, y sociales, y hasta religiosos, de este pais, que le cayeron como enjambre ávidos del reparto y el descuartizamiento de las tierras del Estado, para beneficio personal, o para lucro grupal o corporativo.


Que una parte ínfima de esas tierras, paso al Instituto Agrario Dominicano, y que allí, paradojicamente, los menos favorecidos han sido los pobres, los excluidos y los agricultores dominicanos, porque igualmente esa entidad el IAD, también ha sido asaltada por la voracidad indetenible de la clientela, de la corrupción política, y de Estado, y de la casta militar civil y social, de ventajistas y enriquecidos a costa del Estado nacional, vale decir, de las costillas del pueblo dominicano.


O acaso vamos a olvidar que bajo la administración Fernandez se creo la archifamosa ley de la Reforma de la Empresa Publica, mediante la cual, o se arrendaron o se vendieron como chatarras diversos ingenios, y que prácticamente al final de su gestión, desaparecieron los 12 ingenios del Estado heredados de Trujillo.


Que son hoy los restos del CEA? Vaya a Boca Chica, y pregunte, vaya a Consuelo, vaya a Montellano, vaya a Quisqueya, vaya y pregunte a sus envejecientes, a sus familias, que ellos hoy también son parte del despojo, de los sobrevivientes.


Entonces no basta con "no vender", claro que No.


Si el presidente Abinader, pretende, que no tengo porque dudarlo, regenerar la vida publica dominicana, tiene que exponer el cáncer, para que empecemos a tratarlo con profundidad y con eficiencia. Ya la retorica debe terminar, la campana concluyo, ahora vienen las horas de las decisiones y de la responsabilidad de Estado, ante un pais ansioso, desesperado y con sed de justicia y de conocer la verdad, de todo esto que ha ocurrido durante los últimos 30 anos en este pais, de tantos despojos y de tanto oportunismos, y corruptos.


Trazar la raya de la verdad, implica, una auditoria legal, forense, inmobiliaria del CEA desde hace 50 anos hasta el presente, para entender, donde fue a parar todo este patrimonio publico, y actuar con justicia, pero con severidad.


Es simple, tiene que decidir, entre el cambio real, o la pragmática de la corrección política, de la retorica, y de la política típica, de cambiar todo, para que no cambie nada. Aquí tienen que empezar a establecerse responsabilidades, empezando por todos cuantos han dirigido el CEA, para que rindan cuentas, y nos encontraremos con terribles y alucinantes respuestas. Para poner un solo caso, en Boca Chica, ha robado tierra hasta el gato, menos la han recibido los que real y efectivamente tienen que merecerla, para trabajar y no para especular, como ha estado ocurriendo por los últimos 50 anos. Ahi van a aparecen nombres que el pais jamas imagino que se dedicaban al trafico ilícito y vulgar de tierras del Estado, que tienen que volver al patrimonio publico.


Es un enorme desafío en las condiciones en que esta el pais en estos momentos, sometido a un verdadero desorden nacional, a un desastre moral, y a un estado de incertidumbre e inseguridad total, y colectiva.

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