Recientemente, apenas unas semanas antes de la celebración de
las elecciones del pasado 5 de Julio del 2020, el hoy Presidente electo, Luis
Abinader Corona, resulto entrevistado por la Sra. Mariasela Alvarez, en su
programa de farándula nocturno, por el canal 9 de Color Visión.
En dicha entrevista, la productora cuestionab
a a Abinader sobre sus posibles prioridades, en caso de llegar al Gobierno. Y Abinader empezó de inmediato, hablando de la “haitianizacion”, y hablaba con tal ímpetu que iba a desarrollar su propuesta, cuando de inmediato la presentadora le inquirió, pegando el grito al cielo, ¡“Queee!”. Parecía que Abinader había cometido una verdadera “herejía”, una especie de “anatema”, como una “blasfemia” contra una verdad evidente.
La productora siguió de inmediato “que usted dijo, ¿o sea que
estamos haitianizados?”, pero, en la forma que le pregunto, era casi una “acusación”.
De inmediato, Abinader, modero, su discurso y con más calma, empezó a explicar sobre
“las medidas migratorias a implementar”.
El hecho es, que Abinader no pudo explicar su real concepto,
su convicción sobre el problema que el mismo describió sobre la “haitianizacion
del pueblo dominicano”, y como tal esta registrado en todos los medios de comunicación
del país, en sus diversas declaraciones durante los recorridos que hizo por
todo el país.
Como todos pudimos apreciar, el furor de las palabras iniciales
de su intervención, resulto apaciguado por la feroz y militante intervención de
la presentadora, que ha suscrito la agenda denominada del “humanismo”
dominicano, que se refiere a la agenda de reclamar en favor de la ocupación poblacional
haitiana, pero que hace silencio, callan, y hasta ocultan los hechos, ante los
efectos de esa ocupación extranjera haitiana contra los derechos y la
integridad de los dominicanos.
Mucha gente no presto atención a ese pequeño tramo de la
entrevista, pero otros si. Y ese pequeño detalle, nos revela algunas cuestiones
mas complejas e importantes, como lo es, el carácter y la psiquis, del Sr. Abinader,
ante las acciones de presión. Y esta reacción nos proyecta su futuro carácter ya
detentando el poder, que es otra cosa.
Pero dejemos por ahora el análisis y sobre los elementos que
informan la reciedumbre y el carácter, su capacidad de resistencia y de manejo
de la presión, del hoy presidente electo, y veamos, si este elemento que genero
el, breve y ligero, pero no menos revelador affaire, entre el candidato y la
presentadora, tiene elementos de seriedad y de veracidad como para preocupar no
solo al pueblo dominicano, sino además a nuestros cuerpos armados, responsables
de la seguridad nacional, a nuestra comunidad de inteligencia, y a nuestros
poderes facticos, incluidos los detentadores de la riqueza y la gran empresa
privada nacional.
En que consiste pues la haitianizacion?
¿Como puede llamarse al hecho real, verificado cada día en
nuestras calles, campos, pueblos, ciudades, y montañas, que millones de
ciudadanos haitianos estén ingresando y ocupando nuestro territorio, de manera
masiva y continua, sin control alguno, sin ningún tipo de permiso o
autorización, sino que simplemente llegan, y se instalan donde quiera que hay
un espacio público o privado, sin distinción alguna?
Como puede llamarse al hecho de que en todo el territorio de
la geografía nacional, limitado por necesidad histórica, existen miles de
colonias y “Kilombos” comunidades de población haitiana, donde prevalece la
cultura, el idioma, los hábitos y los elementos propios de su convivencia, al
margen de todo control de la autoridad y de la ley dominicana?
¿Como entonces puede llamarse al hecho de que, prácticamente
la mano de obra obrera, urbana, suburbana, y rural o agrícola, y la turística, está
prácticamente en más de un 98 por ciento en manos de haitianos, la mayoría de
ellos, totalmente ilegales en el país?
Y solo mencionamos algunos elementos que configuran esta realidad,
porque se podrían señalar cientos de evidencias y pruebas fácticas de este
hecho tan ominoso como extraordinario de la historia nacional del presente, con
los terribles efectos, presentes y futuros que genera.
La haitianizacion es pues, un hecho real en la Republica Dominicana
en estos precisos momentos.
La cuestión no solo es la gravedad material de esta ocupación
poblacional, hecho anormal e ilegal al que hay que darle respuesta de Estado,
desde la posición irreductible de los principios y valores constitucionales. Es
aun peor que esa ocupación masiva, y que casi supera a la población dominicana.
El problema alcanza niveles críticos cuando verificamos que
esa población, totalmente ilegal, y sin ningún tipo de arraigo nacional, se
esta convirtiendo aceleradamente en “dominicana”, por obra y gracia de una
especie acuerdo siniestro de nuestras entidades responsables, y del alto mando político,
no solo del gobierno sino además de los principales partidos de oposición que
forman parte del Congreso nacional, con organismos internacionales, y agentes
extranjeros y dominicanos que trabajan cada día, activa y diligente, para forzar
un escenario de los “hechos cumplidos”, es decir, la fusión de ambos países, de
manera “natural y automática”, por la mezcla de ambos pueblos, que no es mas
que el añorado sueño de la irredencion histórica haitiana bajo el principio de
la “Una e Indivisible”, que se pretende consumar por la vía, no de la
violencia, sino de la imposición, de la propaganda, de la seducción, y de la desmoralización
de la fe nacional de los dominicana en sus propias capacidades y destino.
Hasta el momento, todo marcha “viento en popa” en ese agitado
plan, que todos niegan, pero que cada día se verifica y se comprueba, por
simple observación.
Hasta el momento con lo único que no se cuenta es con dos
factores, el supremacismo y el racismo haitiano y con la decidida voluntad persistente
de los dominicanos de no renunciar a sus derechos, a dejar de existir como pueblo
soberano unido por una identidad y un destino común, y que en su momento responderá
de nuevo ante este desafío histórico, que es una reiteración de los
acontecimientos mismos, desde 1777, 1821, y 1844, hasta el presente, y que marcan
y definen la invariable respuesta que mas temprano que tarde, tendrán los dominicanos.
Ahora bien, finalmente hagamos pues, una única y breve reflexión.
¿A que nos arrastraría una fusión de esta naturaleza -ecología humana- con
Haití? A que los haitianos asuman la cultura y los valores dominicanos, o que
nos arrastren a la ancestral cultura, que ellos practican hoy, ahora mismo, en
su propio país, que no es otra cosa que “la tierra arrasada”
